
LA OBRA

La biografía de Pilar Perdices habla de una mujer que pinta profesionalmente desde hace más de 50 años. El legado de su trayectoria nos posiciona ante el trabajo de toda una vida dedicada al estudio y la experimentación del arte.
La figuración de sus primeras obras y exposiciones en los sesenta presentaron la calidad técnica del artista. Su figurativo, sin embargo, ya era bastante ambiguo y expresivo, y a principio de los años setenta, coincidiendo con un momento de agitación social y política latente en la calle, Pilar Perdices migra hacia la abstracción.
INFORMALISMO VERSUS PILAR PERDICES
De la escuela informalista toma el soporte y la materia como elementos autorreferenciales, pero su personalidad la empuja a rehuir de la corriente "oficial" para adentrarse libremente en otros territorios.
En su búsqueda de un lenguaje propio: allí donde la mayoría creaba obras planas, Pilar Perdices desdibujaba espacios. Dónde otros manchaban las obras, ella utilizaba el color para crear atmósferas. Donde el resto del grupo ofrecía obras sin ninguna significación, Pilar Perdices añadía pictogramas y grafías, quizás no legibles, pero que escondían un sentido profundo en cada una de las obras.
En suma, su obra quedaba de tal manera lejos de la corriente informalista del momento, que la crítica tuvo que inventar nuevas "etiquetas" para una artista a quien Manuel Duran (1977) llegó a llamar “subveresiva” puesto que “sus “garabatos” respondían a una postura de liberación de las convenciones y esquemas que imponía la cultura establecida.”
TEMA CENTRAL DE SU OBRA
Pilar Perdices ha buscado el espacio, siendo este el eje vertebral de su trabajo. La materia resulta para ella una preocupación más técnica que conceptual, y es precisamente este concepto el que la aleja de la escuela informalista clásica.
El tema central de su obra es el paisaje, un paisaje no-figurativo en el cual, a pesar de la apariencia abstracta, se reconoce claramente la estructura del natural, la atmósfera y el espacio. En cualquier caso, no podemos desentender sus espacios de otro tipo de paisajes, los internos de la misma artista, los que definen estados emocionales, expresión simbólica que también la aleja de la corriente informalista.
Su manera de expresar, rítmica y gestual, ha sido encuadrada dentro del expresionismo abstracto, y descrita como abstracción espacialista o bien naturalismo subjetivo. Lo cierto es que la la crítica no ha sabido nunca en qué corriendo encasillarla. Por otro lado, toda una virtud convertirse de este modo en una "rara avis" de la abstracción hecha en el país.
Si nos atenemos a la lectura de la biografía y escritos recogidos a la antología de textos (firmados por Joan Brossa; Daniel Giralt-Miracle; Manuel Duran; Arnau Puig; Ángel Azpeitia; M. Teresa Blanch; A. Fernández Molina; J. Corredor Matheos; Contxita Oliver; Montserrat Sintes; Joan Gil; Claudi Puchades), observaremos claramente como con cada nueva década Perdices incorporaba nuevos soportes y formatos, evoluciona en el uso de los colores, modifica el gesto… en suma progresa a lo largo de los años siendo la obra una fotografía plástica de sus experiencias vivenciales. Sin embargo, su iconografía define claramente su obra, puesto que, a pesar de la evolución de la artista, los elementos iniciales van interviniendo en cada nueva etapa, pero de una manera diferente.
ICONOGRAFÍA
Los signos (gráficos y numéricos) son elementos recurrentes en su obra, de alguna manera, aunque no sean palabras o frases Ilegibles, son su manera de denominar aquello que no puede decir en voz alta. Convertidos en trazos llenos de emotividad, entenderemos si el mensaje es positivo o negativo por la delicadeza de las líneas o la medida de los signos, y así interpretaremos el estado anímico de la artista.
En sus composiciones es habitual encontrar “horizontes”, líneas divisorias que estructuran las obras y definen diferentes partes de los cuadros. Particiones visuales que nos evocan un mundo lleno de dualidades. Entre aquello que es terrenal, y la expresión más espiritual, es uno de los “juegos” preferidos del artista.
La suya es una obra llena de dinamismo, en parte gracias a las texturas que consigue con el uso de diferentes materiales que incorpora a muchas de sus obras como papeles, tejidos, arenas... Sin olvidar que también tiene la inquietud para experimentar con diferentes soportes como el cartón o embalajes a los cuales concede "nuevas vidas" reconvertidas en creaciones artísticas, sin que ninguno de estos elementos esten escondidos, un cartón es un cartón.
El color es otro elemento esencial. Cada etapa de su vida ha sido protagonizada por una paleta de colores diferentes, todos ellos significativos, donde el blanco, a menudo, tiene un carácter más trágico que calmado.
Los títulos de las obras de Pilar Perdices siempre son referenciales -y exquisitamente poéticos- Nos facilitan pistas para acercarnos a la obra en el momento que decidimos aceptar el desafío implícito que cualquier obra de Pilar Perdices nos propone.
En cualquier caso, Pilar Perdices juega con cierta ambigüedad entre lo figurativo y la abstracción que nos permiten pasar por la realidad y rehuir hacia nuevos mundos imaginarios (los suyos o los nuestros) viajando a través de trazos llenos de emoción, una gama de colores nada estridentes (aunque a veces resulten firmes, siempre tienden a la serenidad), y una distribución de formas rítmica y armoniosa.
LA BELLEZA
Siempre se ha dado a bien que lo que es bello es una cualidad del arte.
Más allá de la distancia que Pilar Perdices tomó de los artistas coetáneos en cuanto a la significación de su obra, Perdices también se diferenció por el hecho de entender "el arte como belleza al servicio de la gente". Entendiendo belleza como una armonía capaz
de comunicar un sentimiento y/o emoción. (Se recomienda en este punto leer el texto 1 de la Antología de textos).
En un momento en el cual claramente ya no se busca la belleza y se reivindica la idea por encima de cualquier otro aspecto de la obra -a pesar de que el mundo que se ocupa de las ideas es la filosofía, no el arte-, Perdices apuesta por la educación y la sensibilidad.
Para romper las reglas y proponer nuevos discursos plásticos, previamente se tienen que conocer las reglas. Esto es exactamente el que hizo Pilar Perdices en el momento que decidió no conformarse con una obra técnicamente bien ejecutada y atrevirse a transitar hacia nuevos territorios. Cómo decían los griegos “lo bello se difícil”.
La revolución no pasa para hacer cosas que la gente no entienda, la revolución es conseguir una propuesta nueva que llegue al público. Tal cual ha estado siempre la conexión entre la obra de Pilar Perdices y sus espectadores, en cuanto a que Perdices es capaz de dibujar una abstracción -porque tiene todos los elementos para denominarlo abstracción- convirtiéndolo en un espacio compositivamente equilibrado, que inspira un pensamiento e invita a la contemplació. A esto se le llama TALENTO.
EL COMPROMISO PERSONAL Y SOCIAL DE PILAR PERDICES
Pilar Perdices se define a sí misma como una mujer que PINTA. Lo ha escrito y dicho reiteradas veces. Su condición de mujer la condicionó significativamente, no por ella misma, sino por su condición de género.
El compromiso de Pilar ha pasado siempre por la honestidad con ella misma, la fidelidad aquello que piensa y la coherencia en el trabajo que ha ejecutado y la manera en que lo ha defendido.
La naturaleza y el papel de la mujer en la sociedad, son una constante a su obra: Sutilmente, en cada una de sus composiciones ha defendido la Madre Tierra, y ha reivindicado la importancia de su preservación. La incorporación del cartón para representar obras en gran formato (biombos, columnas, paneles...) en los años ochenta la convierten en una defensora del reciclaje. En cuanto a la figura femenina, no hay obra donde no referencie de alguna manera la figura de la mujer como madre, como hija, como compañera.
Pilar Perdices ha sido una mujer artista que ha pintado incansablemente más allá de modas o compromisos comerciales. Se ha hecho a sí misma, ha experimentado, prueba y error, y nunca se ha conformado. Una evolución consciente y constante que ha generado una obra representativa del trabajo de una artista catalana a lo largo de la segundamitad del s. XX.
© de los textos que aparecen en la web: Cristina Requena. Se permite la reproducción, con fines no comerciales, de los textos que aparecen en esta web, siempre que se respete la integridad de los mismos y que se cite expresamente la fuente.